El anuario BP Statistical Review of World Energy 2017 acaba de lanzarse ofreciendo datos alentadores para todo el sector de las energías renovables. Según los datos arrojados por este estudio, las renovables crecieron un 14’1% en 2016, mientras que la energía nuclear solo lo hizo un 1’3% y correspondiéndose solo con las centrales creadas en China.
La energía eólica aportó más de la mitad de este notorio crecimiento, mientras que la solar sumó un tercio de la misma. La energía proporcionada por la hidráulica, catalogada de forma diferente al resto de renovables, también se ha visto incrementada este año en un 2’8%, el equivalente a 27’1 millones de toneladas de petróleo. China y Estados Unidos capitanean el aporte total al montante de potencia generada por estos métodos, aunque también son dos de los países más contaminantes.
Por otra parte, tanto petróleo como gas natural viven su propia crisis, con crecimientos bajísimos y precios en descenso -que a pesar de esto no repercute en el usuario final-. Respecto al primero, la propia BP afirma que, a causa del incremento de las renovables y su potencial, es “poco probable un aumento considerable en el precio del petróleo en el corto y medio plazo”.
Así pues, encontramos un mix global de producción energética donde el petróleo y el gas siguen aportando el 57’4% de la potencia (33’3% y 24’1% respectivamente), mientras que el carbón recibe el 28’1%. Esto nos deja con el 6’9% de generación de electricidad proveniente de la hidráulica, seguido por el 4’5% de la nuclear y el 3’2% de las renovables.
La apuesta de España por el sector renovable
En el caso de nuestro país, las energías renovables se han asentado bien y ya forman parte indispensable en su producción eléctrica. Tanto es así, que según el estudio. Las energías renovables en el sistema eléctrico español 2016, lanzado por Red Eléctrica Española (REE), entre 2007 y 2013 España vio incrementada su generación de energía limpia un 100%. Todo esto, subraya el estudio, a pesar de la reforma eléctrica ejecutada por el Gobierno en 2012.
A pesar de que la instalación de nuevos generadores se ha mantenido prácticamente congelada desde el año 2012, las infraestructuras de energía limpia construidas hasta entonces permitieron que en 2013 más del 40% de los MW/h generados en España fuese de origen renovable: 40’4% en 2013, frente al 20’3% de 2007. Así, a 31 de diciembre de 2016, las renovables representaron el 45% de la energía producida en España.
España es país de viento
Estableciendo una división por sectores, es la energía eólica la que se lleva la medalla de oro con 23.057 MW instalados, un 47’3% del total. Después se sitúa la hidráulica, con 17.025 MW (un 35’5%) y la solar, con casi 7.000 MW (7’9% la fotovoltaica y 5% la termosolar, un total del 12’9%). Así pues, a cierre de 2016 España produjo un total de 47.921 MW de potencia generados por energías limpias, con cero emisiones de CO2. Este último es un dato alentador ya que según REE, las emisiones derivadas de la generación eléctrica en 2016 fueron de 63,5 millones de toneladas de CO2, un 18,3% menos que en el 2015 y un 43,1% menos que en el 2007.
Red Eléctrica también ha cumplido su parte, cuyo Centro de Control de Energías Renovables ha sido capaz de asimilar estos casi 50.000 MW generados por renovables. Así pues, ha sido capaz de integrar esta potencia a la existente, tarea nada fácil, para dar cobertura a más de 50 millones de personas.
Esta apuesta del sector energético por la energía renovable va en consonancia por los esfuerzos de la Unión Europea en reducir emisiones de CO2 a la atmósfera. Uno de los objetivos autoimpuestos por el gobierno europeo es la máxima de Clean Energy, para alcanzar una producción de energía libre de carbón. España figura como cuarta en el ranking de productores de energía limpia de toda la Unión y segunda si hablamos de generación de electricidad mediante sistemas eólicos.
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